Máscaras y muñecos son desde entonces la parte más importante de nosotros, de nuestro amor, de nuestra vida, de nuestro amor a la vida. Juntamos alegremente su música y mis títeres una tarde lluviosa en Manizales para presentar nuestra primera función a un público compuesto por niños de la primera infancia y adultos de la tercera edad. Aquella función tan singular fue el primer acto del grupo TEATRO COMUNIDAD y el nacimiento de nuestra obra más emblemática para público de todas las edades: TAMBORECOS, recital de música y muñecos.
Nadie nos dijo entonces que dedicarse a este quehacer, mal reconocido y mal retribuido, implicaba inventarlo todo, no solo las obras escénicas como es obvio, sino empezar desde el principio, desde rescatar los antecedentes, escasos y desconocidos, hasta inventar la dramaturgia, crear un público e incluso construir las salas de teatro.
Aquella lucha emprendida por muchos como nosotros llamados popularmente “teatreros”, ha dado sus resultados, aunque tímidamente y con escasos presupuestos, hoy en día el teatro empieza a ocupar el espacio que le corresponde en la vida cultural en nuestro medio, gracias al entusiasmo festivo y a las convicciones profundas del grupo fundacional del teatro que hoy tenemos en Colombia.
-JAVIER MONTOYA-